Los farmacéuticos, protagonistas del proyecto ConSIGUE. “La comunicación entre profesionales de la salud es imprescindible para la calidad de vida de los pacientes”
Patricia León Bernal, Idaira Sánchez Santana, Marina Díaz Pestano, Daniel Martín Almeida y María Dolores Almeida a las puertas de la farmacia de Firgas. |
Los farmacéuticos de Firgas se
muestran muy implicados en el desarrollo del programa ConSIGUE y muestran con
orgullo los cambios generados gracias a su aplicación, al tiempo que tienen
claras sus propuestas de mejoría, como una necesaria coordinación entre los
profesionales de la salud y con ello aprovechar todos los recursos por el bien
de la salud de la comunidad a la que sirven.
El primer cambio parte desde la propia
oficina de farmacia, donde se han producido cambios de organización, muy
necesarios para el éxito del propio programa y el funcionamiento eficiente de
la oficina de farmacia. Cinco farmacéuticos y farmacéuticas participan en Firgas,
para los que se ha adaptado un área reservada de atención personalizada para
las entrevistas que se realizan a los pacientes. Todo ello está programado y
coordinado entre ellos a través de una agenda que garantiza la privacidad de
las entrevistas, sin interrupciones, así como el normal desarrollo del resto de
las funciones de la oficina de farmacia. “Hay que tener claro el objetivo de
este tipo de farmacia y ser conscientes que la farmacia tradicional ha muerto”,
matiza María Dolores Almeida.
El equipo lo constituyen Patricia León
Bernal, Idaira Sánchez Santana, Marina Díaz Pestano, Daniel Martín Almeida y
María Dolores Almeida, quienes destacan la empatía y la cercanía que se produce
con el paciente, que acude a la primera entrevista con una multitud de
fármacos. Nos indican que ayudan a pacientes con diez o doce fármacos
distintos, todos ellos mayores de 65 años y con unas patologías, en su mayoría
crónicas, diferentes, a lo que se añaden distintas condiciones socioeconómicas
y de calidad de salud.
Las personas atendidas a través de
este programa se mostraban al principio algo escépticas, pero casi de
inmediato, tras la primera entrevista, de una hora aproximadamente, su actitud
cambiaba. La empatía con el paciente es imprescindible, pero también el
seguimiento del protocolo por parte del farmacéutico permite un aprovechamiento
profesional eficaz. “Nos llegan con muchas cajas de medicamentos, muchas dudas
y en la mayoría de los casos, cierto agobio por este hecho”, nos manifiestan
los profesionales farmacéuticos. La puntualidad a las citas, de carácter
mensual, es una constante y muestra con claridad que los pacientes las
consideran útiles, al apreciar una mejora, tras detectarse aquellos fármacos
administrados sin control y una mayor adherencia a los medicamentos. En este
sentido, uno de los efectos cotidianos de los polimedicados es el cansancio a
la medicación que se transforma en una incorrecta aplicación de los mismos. De
una parte, algunos los abandonan ante un proceso de mejoría de la salud, un
hecho perjudicial, que está acompañado en otros casos, por la interrupción
periódica de antidepresivos, tratamientos de enfermedades crónicas e incluso
los medicamentos complementarios y protectores. Esta irregularidad genera
graves trastornos y empeoramientos de salud, que gracias a las entrevistas y el
seguimiento del programa ConSIGUE se corrige. “El paciente debe ser activo
sobre los qué padece, deben saber qué toman, para que su adherencia al
medicamento sea mayor”, destacan.
El programa descubre beneficios para
farmacéuticos y pacientes. La profesionalidad del farmacéutico dentro de los
servicios de salud se ve reforzada, así como su imagen de cara a la población
que atiende. El programa implica una comunicación con el médico, y ello
proyecta una de las necesidades actuales de nuestro sistema, una mayor
coordinación. El farmacéutico conoce la otra cara del paciente, muy distinta a
la que se limita con la atención en el mostrador. Éste precisamente es uno de
los obstáculos que deben superar tanto los pacientes, al identificar al
profesional farmacéutico más allá de la dispensación de fármacos y consejos
puntuales, y al resto de los farmacéuticos, para que exploren los beneficios de
la atención farmacoterapéutica. “Si el farmacéutico no se siente profesional no
puede transmitirlo a su personal ni estimularlo”, afirma María Dolores Almeida,
para quien “los farmacéuticos tienen que cambiar de mentalidad”, porque aquí
está el futuro de la profesión. “Estos proyectos no deben ser puntuales y
excepcionales, sino que deben ser servicios habituales en las oficinas de farmacia”.
En cuanto a la remuneración, todos
están de acuerdo que debe establecerse un sistema adecuado, y que pasaría por
el Servicio Canario de Salud, al tiempo que solicitan un sistema de
coordinación para los profesionales de la salud, que proporcionaría una mejor
atención y, sin duda, una rebaja sustancial de los costes sanitarios, al ganar
en eficiencia.